Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos
No aprenderé las palabras que me están rozando
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas
Pienso seguir así hasta que el agua se alce
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos

(Vicente Aleixandre)



20 de octubre de 2009

Las confesiones de un sinestésico tienen que sonar tediosas y pretenciosas a quienes están protegidos de tales fugas.

(Vladimir Nabokov)