Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos
No aprenderé las palabras que me están rozando
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas
Pienso seguir así hasta que el agua se alce
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos

(Vicente Aleixandre)



14 de agosto de 2011

Dentro de mí hay ahora algo granuloso, un follaje, una confluencia de raíces y ramas, bosques encima y a lo lejos, y una tierra liviana hecha de miles de años de deterioro, y este susurro, este recuerdo de dedos y narices, el frágil brote de las hojas temblando frente a mis ojos. ¿Qué sé yo de los árboles, si no es esta realidad que se encuentra detrás de estas pobres palabras? Lo mismo hacen los labios, la lengua, los oídos, ojos y dedos, juntan sus voces y hablan internamente para comprender. Si soy sabio no trato de llevar a nadie a este extraño lugar de mis pensamientos, lo llevo al bosque y lo dejo entre los árboles, hasta que encuentre los árboles dentro de sí mismo, y se encuentre a sí mismo dentro de los árboles.
(Barry Stevens)

1 comentario:

galmar dijo...

siempre he querido ser árbol,
creo que es lo primero que leo de este autor, que no conocía,
un abrazo