Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos
No aprenderé las palabras que me están rozando
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas
Pienso seguir así hasta que el agua se alce
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos

(Vicente Aleixandre)



19 de septiembre de 2010

Cada tarde
un viento huracanado
me estremece.
Son las sombras de todos los ancestros
y la linea final
de este viejo y siniestro Labordeta.
De mi no queda casi nada
y ellos, que se lo saben,
me asedian en las tardes de cierzo
como si nada quedara del recuerdo.
Se van. Nos vamos todos.
La esperanza se quedó arrinconada,
la libertad se tambalea
y todo lo que pensamos que un día llegaría
se ha quedado desierto en la memoria.
Tardes de fabula dorada
muertas en el secuestro de los días.


(José Antonio Labordeta)

2 comentarios:

Dr. Flasche dijo...

Es un placer volver, y encontrarse con la foto, maravillosa, y con ese poema de Aleixandre, y con este de Labordeta.

Es un placer volver, y no para reencontrar lo viejo, sino para vivir, aportando, sumando, en lo nuevo.

Las simples cosas las debora el tiempo, dice la canción, pero existen caminos y formas para que no se pierdan...

Es el secreto del equilibrio, tanto entra, tanto sale...

gracias, a, gracias

Comtessa d´Angeville dijo...

:(