Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos
No aprenderé las palabras que me están rozando
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas
Pienso seguir así hasta que el agua se alce
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos

(Vicente Aleixandre)



21 de octubre de 2010

la pared del otoño ciega

1 comentario:

galmar dijo...

En ese caso, hay que usar el tacto para encontrar una puerta o las contras de una ventana, y abrirla:)) el sol, si no está, no tardará en asomar su nariz:))