Parece que los conceptos de espacio en el niño, como en el hombre primitivo, brotan de la conciencia del propio cuerpo. Obtiene su primera noción espacial de un objeto acercándoselo a la boca, asociando la experiencia táctil. Muy lentamente va diferenciando el espacio que circunda su cuerpo del cuerpo mismo y empieza a conocer los objetos alcanzándolos y tocándolos. Pero su espacio se reduce todavía a lo que puede tocar. Hacia el sexto mes de vida la separación en el espacio del "yo" y el "no-yo" avanza más rápidamente y lo espacial se amplía paulatinamente. Sin embargo, durante largo tiempo aún permanecerá ligado al propio cuerpo del niño.
(Kenneth Lovell)
3 de noviembre de 2010
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1 comentario:
siempre ha habido algo que me ha intrigado. Averiguar cual es el último micrométro de mi cuerpo que puedo llegar a sentir, saber donde acaba mi cuerpo...
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