Echó a su tierna luz el sol,
dormido y entre sus brazos polvorientos,
y entre la copa azul recorta nidos
de pájaros sedientos.
Por la tristeza van callándose,
camino abajo los almendros;
de tanta soledad, plegándose
los montes sobre el suelo.
Hermana, tierra amiga, cuerpo seco,
donde clamo mis pasos y mis dedos.
Hermana, tierra amiga, cuerpo seco,
donde duelen las zarzas y los muertos.
De contraluz perfilo siete casas
con sus colores esqueleto:
ventanas y postigos y atalayas
pobladas de lamentos.
Es hondo tu silencio de olivares,
hondo el ocaso entre tus huesos;
hermosa hasta en el cierzo y en el hambre
y en el oscuro verso.
Hermana, tierra amiga, cuerpo seco,
donde ladran los perros y los vientos.
Hermana, tierra amiga, cuerpo seco,
donde para cantar se pierde el miedo.
(La Bullonera - Mª Pilar Navarrete)
20 de enero de 2011
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1 comentario:
Por la tristeza van callándose,
camino abajo los almendros;
de tanta soledad, plegándose
los montes sobre el suelo.
[...]
Es hondo tu silencio de olivares,
hondo el ocaso entre tus huesos;
hermosa hasta en el cierzo y en el hambre
y en el oscuro verso.
Uff...
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