Lo importante, en realidad, es saber que no es necesario que seamos capaces de descifrar ese orden. Que podemos manejarlo y vivir con él. Que nuestras herramientas serán mucho más eficaces si renunciamos a imponerles nuestras limitaciones. Y que nuestras limitaciones pueden serlo menos si conseguimos elevar nuestro umbral de desorden.
(Carlos Arroyo)
24 de agosto de 2011
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1 comentario:
cuanta razón
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